jueves, 3 de junio de 2010

El hobre del traje gris.

Aquel caballero se sienta al lado del niño que vuelve de la escuela, parece incómodo, demasiada infancia para él. Se balancea con el suave traqueteo del autobús urbano, como temblando. Parece que se agite dentro de su traje, el traje es gris y aburrido y le va un poco grande, como si el hombrecillo hubiera menguado, consumido tras tantos años vendiendo su tiempo, su alegría y sus sueños al diablo.Lleva la barba mal afeitada y carga con una expresión triste y ausente acentuada por esos ojos hundidos y vacíos.
Suena su móvil.
Contesta.
Cambia su cara, expresión severa (sólo una máscara: sigue triste).
Coje su maletín y se levanta.
Se acerca a la puerta y baja.
Hasta otro día, yo continuo hasta mi parada.
Mismo día, misma hora, misma rutina; yo al menos sonrío.



Me gusta pensar que por muy altas que sean las barreras y por muy difícil que nos lo pongan, si de verdad queremos, podremos volar...





Cojo el autobús al menos cuatro veces al día... las entradas que estén etiquetadas como "En mi autobús" serán sobre gente real o ficticia que me ha inspirado en mis viajes diarios. Espero que os guste :)