domingo, 29 de agosto de 2010

Pongamos que hablo de Madrid...

Me miedo, me da mucho miedo. Finalmente las cosas han salido bien, mucho mejor de lo que me esperaba. Me han cogido en una universidad de Madrid con una nota bastante alta para hacer la carrera que siempre quise hacer. Es una gran noticia. Lo es. Pero ahora, ahora solo queda una semana hasta que me vaya...
Dentro de poco tendré que empezar a meter mi ropa en maletas, los platos en cajas, cuadernos, música... y el problema es que no se que hacer con mis recuerdos. Ya tuve que irme una vez de mi casa. Con 7 años me mude a otra ciudad, mas lejos, mas grande y con mas oportunidades. Ahora vuelvo a hacer lo mismo pero no puedo parar de pensar en lo rápido que cambian las cosas. Cuando vuelva ya nada sera IGUAL, nada sera diferente pero todo habrá cambiado. Mis padres, mis amigos... la gente está en constante cambio pero no nos damos cuenta porque cambiamos con ellos. Cuando vuelva seguramente el aire seguirá oliendo igual y el Sol saldrá por el mismo sitio pero pequeños detalles como los desconocidos que llevan compartiendo mi autobús todos los días durante seis años o mis amigos llegando media hora tarde o el bar de siempre todo eso no sera como SIEMPRE. Me llamareis exagerada y seguramente lo soy pero cada vez que escucho una canción sobre amigos, viajes y recuerdos siento un vació en el estómago y me da vértigo pensar en el año que viene. Odio la incertidumbre; por un lado quiero irme ya y ver como es todo aquello, pero por el otro quiero que el verano dure para siempre y compartir mis viajes, mis fiestas y mis aventuras con la gente que quiero y a la que tanto VOY A ECHAR DE MENOS...