lunes, 14 de noviembre de 2011

Un grito, sólo un grito

Un grito, sólo un grito. Valdría con una palabra. Incluso un susurro. Un murmullo al oído. Así sabremos qué pasa. Sabremos que algo va mal, que necesitas una mano. Sabremos que un día quisiste dibujar un agujero y meterte dentro. Esconderte entre las flores y respirar. Mirar al cielo sin que ningún avión estropease las nubes. Sabremos que el agujero se hizo grande, que te perdiste dentro y que ahora no sabes salir. Que quieres salir. Que necesitas ayuda.
Durante esa parada en boxes: un chocolatito y unas pilas nuevas; podrás explicarnos qué pasó. Cuando te perdiste. Juntas encontraremos la solución a tanto problema irresoluble y volveremos a encenderte la sonrisa. Te darás cuenta de que tu agujero no es tal, que no estás sola entre tanto tela de araña y que tu casa está donde tú quieras ponerla. Te verás otra vez rodeada de abrazos, risas y bailes. De sueños por cumplir al otro lado de la pendiente y de muchas manos amigas dispuestas a acompañarte hasta el mirador, desde dónde los problemas se ven tan pequeños que apetece hasta volver  a bajar.
Sólo es eso un grito, una palabra, un susurro o un murmullo.



(Por esos amigos que siempre están ahí, estaremos ahí )

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