sábado, 15 de diciembre de 2012

Es bonito saber

Abre mucho los ojos. Abre la boca y no dice nada. Entonces, se gira hacia ella, que lo mira esperando su reacción. Desde que se ha dado cuenta de se que se lo iba a contar no le quita los ojos de encima. Tras esa expresión curiosa y divertida se preguntaba como reaccionaría él. Para ella había sido una sorpresa pero tras leer esas líneas de tinta y lágrimas las cosas habían perdido su nombre y sólo quedaba la esencia romántica de una aventura shakesperiana.
Tras cuatro meses de travesía se había quitado la máscara. Se había lanzado al vacío esperando que ellos la cogiesen al vuelo. Y ellos la cogen, con curiosidad acunan la historia y la absorben. La piensan, la meditan, rompiendo muros y abriendo nuevas puertas parecen redibujar a esa amiga. Añaden trazos y borran algunos matices. Es otra, pero saben que es la misma. Saben que los tres son los mismos y que la magia están en poder ser así, ser ellos mismos, siempre.
Y es bonito saber que están allí para hacer una pregunta, dar un abrazo y quererla como es.


domingo, 9 de diciembre de 2012

Las luces de Navidad oscurecen el camino de baldosas amarillas. Molly muere de sobredosis de realidad. Parece mentira, Disney, el mayor asesino en serie y DVD.
Montañas de humo que ningún alpinista parece interesado en conquistar. Rabia. Miedo. Vértigo. Te preguntas cuándo dejó de ser divertido que alguien esté jugando contigo.
Vergüenza. Poder. El secreto te sube la autoestima en noches de alcohol y medias rotas. "Vuelas tan bajo que parece que andas" dice aquel loco mientras se hunde en el debate de siempre.
Y todavía siguen grabados todos aquellos besos. Besos que algún cobarde escondió para que nadie viese. Y las mariposas de sangre marrón mueren congeladas y caen suavemente sobre la nieve. Como cada anochecer se convierte en una siniestra figura de hielo. Nadie sabe todavía de quién es ese calor y ese beso. Y prometió no escribir más historias de amor.




domingo, 25 de noviembre de 2012

Buenas noches...


Náuseas. Falta de aire. Una garganta rota en el intento por controlar la riada de lágrimas que pretende inundar sus ojos. Se ha vuelto a quedar sola. Abrazada a esas caricias que prometen y nunca cumplen. Atrapada en esa oscuridad fingida… siempre pendiente de las luces de la ciudad.
Y otro día pasa y otro celuloide quemado destruye los castillos que ella construyó sobre la brisa esa misma mañana. Con cada despertar comienzan de nuevo las dudas, la incredulidad… Comienza la elaboración de un nuevo cuento, un cuento con diferentes matices, finales alternativos pero siempre los mismos personajes. Un cuento que ella cree hasta que cada luna le da la bienvenida que un triste Buenas noches.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Oportunidades que pasan, se posan, pisan y pesan.


La oportunidad pasa, la incertidumbre pesa y  la ilusión se pisa. Parece que ha pasado el momento, que la magia crecía y en el punto máximo alguien rompió el jarrón. Frío. Calor. Humo. Una lágrima. Pedazos de oscuridad, de abrazo y de manos decoran un mudo suelo testigo de muchas faldas. Una mano que acaricia una cintura. Una mano que busca otra mano. Otro abrazo. Otra mano. Otra cinta que arde ante tus ojos y quema su punto de vista.
Historias mezcladas entre sábanas y celuloide. La tuya, la mía y ellos. Toc, toc y fine, todo termina. Se encienden las luces pero no hay aplausos. Echo de menos cuando aplaudíamos. Caderas, caras, instantes cristalizados a los ojos de un loco. Y se hace de noche en mi plaza. Más historias y fin. De nuevo termina y no hay despedida. Buenas noches. Hará frío esta noche. La oportunidad pasa, la incertidumbre ya no pesa y la ilusión ya no se pisa. Y sueño… y quién sabe… y a quién le importa realmente. ¿Y si las oportunidades no pasan? Quién no perdió la oportunidad ya nunca podrá perderla. Y el tren desaparece en un un túnel mientras disfrutas de sus caricias y continúas esperando en esa bonita estación.


jueves, 7 de junio de 2012

Entonces


Entonces nos creímos todo lo que nos dijeron, pensamos que todo estaba hecho y que nadie podría con nosotros. Poco a poco aprendimos a mirar al suelo, a sonreír sin ganas y  a emocionarnos sólo con la publicidad. Confundíamos amor con contrato y el sexo se convirtió en vocación. Ya sólo llorábamos en los funerales y nos  abrazábamos en finales de fútbol. Se nos olvidó cómo susurrar cosas bonitas y empezamos a gritarnos. Sentíamos ese cosquilleo en el estómago al sacar la tarjeta de crédito. Escribimos miles de libros de autoayuda y nos olvidamos de ayudar a los demás. Hubo muchos avances; inventamos las cámaras, Internet y la radio y por fin pudimos ocultar esa mitad del mundo que no queríamos ver. Entonces el sistema quebró y en lugar de inventar uno nuevo compramos tijeras.

Pero no podía ser, había que hacer algo. Dejamos que nuestras madres nos lavasen la ropa para ir limpios a la manifestación por la igualdad. Defendimos el planeta haciendo libros de metal, pero no dejamos de utilizar países-contenedor. Cumplimos como ciudadanos y gritamos todos los días al televisor. Y cuando estábamos demasiado enfadados, quemábamos contenedores para denunciar los árbitros comprados y los partidos perdidos nunca pensamos en denunciar a aquellos que lo veían todo desde la tribuna.

A todos nos pasó.



sábado, 19 de mayo de 2012

Tristes despertares.


A veces sueña con ella. En los brazos de Morfeo recuerda. Entre sábanas recorre cada facción de su cara como si la estuviese dibujando en base a unos sencillos esbozos que aun guarda en su memoria. Le encanta esa sensación de felicidad, de las que llenan por dentro. Es una felicidad curiosa, llena de desconcierto. Llena de inadecuada tranquilidad con la que enfrenta no entender por qué está allí ni hasta cuándo. Tampoco entiende en qué lugar está pero entiende con quién y en realidad no necesita responder ninguna otra pregunta.

En sus sueños no hay distancias y en un parpadeo se encuentra kilómetros de su cama. Noche tras noche aparece en SU cama, la de ella, con ella entre sus brazos. Tal vez un análisis freudiano aclararía los motivos de por qué sueña en blanco y negro, de por qué a veces se ve desde fuera y a veces desde dentro de sí mismo, por qué es capaz de volar y respirar bajo el agua; pero sólo él sabe lo que siente por ella, sólo él sabe que el amor y la distancia son los mejores ingredientes para un buen sueño y un triste despertar.



viernes, 18 de mayo de 2012

yoestudieenlapublica


Es triste que sean necesarios estos vídeos, pero, efectivamente, está en juego "el futuro de un pueblo".

jueves, 17 de mayo de 2012

Perder(se)

-¿Quién dice que los amores más largos son los mejores?- se decía en voz baja a si misma.
Totalmente absorta trataba de convencerse mientras arrastraba su enorme maleta por el aeropuerto. Una maleta demasiado pesada. Una maleta llena de recuerdos y de despedidas, una tras otra siempre ahogadas en lágrimas y vacío. Demasiados motivos para girarse, girarse, ver su sonrisa y perder(se) un avión.


martes, 8 de mayo de 2012

Ojalá supiera


Ojalá supiera cantar. Te susurraría al oído que me duermo y te sueño, que te quiero, que quererte es acordarme, que quererte no es bastante. Cantaría al ritmo de las olas, al ritmo de las gotas resbalando por tu piel, al son de tus dedos por mi espalda. Te cantaría las ganas que tengo de ti con la suavidad y sensualidad del jazz y gritaría al viento todo eso que me quema por dentro como en un concierto de rock. Sería una cantautora con una guitarra siempre en la mano dispuesta para despertarte las cosquillas y enamorarte. Menos mal que estás tú.
Ojalá supiera pintar. Así podría rasgar sobre un lienzo esa mirada tuya que hace que el corazón me dé un vuelco. Acariciaría tus labios con un suave pincel empapado en tinta roja y dibujaría esas lágrimas transparentes que nos inundan con cada Adiós. Haría un esbozo de todos esos besos que le di al aire que viajaba al norte y con un carboncillo marcaría el camino de vuelta al momento más tierno y jabonoso que pasamos. Menos mal que estás tú.
Ojalá estuvieras aquí. 

viernes, 13 de abril de 2012

Querer

Querer, querer mucho y no poder parar de querer. Querer como para echar de menos y sufrir y aun así, no parar de querer, no querer dejar de querer. Sí, te echo de menos y sí, te quiero.

domingo, 4 de marzo de 2012

TurliTava: el teatro que se ve y se vive

Parece lógico pensar que en una revista poppolítica como esta, la sección Pop recoja  todas aquellas piezas culturales destinados al disfrute del grueso de la población y con ellas casi a cualquier tipo de arte. Sin embargo, con este artículo pretendo homenajear a aquellas personas todavía capaces de crear expresiones artísticas cuyo valor recae fundamentalmente en el hecho de no ser consideradas Pop. Hablo de esas obras, nunca productos, que son capaces de permanecer originales a pesar de ser repetidas y que mantienen su esencia y su espíritu gracias a la reinterpretación y el enfoque particular de cada mente.

En el número 35 de la Calle Tres Peces, a unos minutos del metro de Lavapiés, en ese pequeño local antes ocupado por un simple comercio, podemos encontrar, desde septiembre de este año, una de esas obras maestras llenas de magia, eso que históricamente se conoce como ARTE. A menos de dos metros de ella el espectador, ya como un paisano más del pueblo, puede sentir lo que ella siente y observar perfectamente la tristeza que recogen sus lágrimas... Leer más.

El contenido completo de este artículo ya en la nueva revista de política y cultura: www.poppol.es

martes, 31 de enero de 2012

Entonces sucede, justo lo que menos esperabas. Pensaba que sólo en el cine la vida podía dar una vuelta de campana y cambiarlo todo.  Y te da miedo; la improvisación siempre fue un reto: actuar sin papel, ser el protagonista de tu propia historia…

Era una cuenta atrás, un viaje a contra reloj, una historia con el final escrito. Una caricia por la suavidad de sus curvas. Un abrazo que dice “no quiero irme” y otro que responde “no quiero que te vayas”. Un mundo inexplorado que se abre paso por un nuevo camino, camino sorprendente por la falta de sorpresa; un paisaje extraño visto con naturalidad y pasión.

Una roce de manos que nadie parece ver, una duda, una sospecha y una confesión recibida con incredulidad y cariño. Cobardía, ganas de todo y miedo a la nada. Sabor a cerveza y tabaco que rompen barreras, abren puertas y levantan faldas. Humo de beso que ciega la memoria dejando sólo los esbozos de una noche cualquiera que terminó con un amanecer en el Sur. Las sábanas, un escondite capaz de ocultar a uno de sí mismo, parecen insuficientes, parece que no abarquen la genialidad del momento, la perfección de algo especial por su naturaleza imperfecta. Un tacto acelerado, ansioso, con prisa por la vertiginosa velocidad del tiempo. Ese cruel enemigo que no espera por nadie ni entiende de destinos; casualidades, suerte o simplemente magia. Y aún así sucede, el tiempo parece avanzar a trompicones, se acelera y frena de golpe haciendo que recuerdes ese preciso instante. Y no lo entiendes; no te entiendes. No sigue normas ni lógicas, pero pasa, y hay lágrimas al final. Los finales no son felices, son finales y punto. Y esa última mirada, ese último beso, ese último abrazo que dice “no te vayas” y otro que responde “no quiero irme”.

Sólo unos pocos días pero más intensos que una vida entera dando vueltas. Y sin embargo, parece que nada haya cambiado, cuando en realidad todo es diferente. La cama está hecha, el pijama doblado, ha dejado de oler a tabaco, pero cuando oigo que llega el tren con destino a Parla se me hace un nudo en el estómago. Sólo una perla recordará que no fue un sueño, que aquel tacto fue real, que aquellas noches fueron infinitas y que aquellas miradas se cruzaron una noche en un bar de Huertas.