Nadie
parece percatarse. Sólo la Luna, impávida, se despide desde su cuna, de un tren
que hoy arrastra un vagón de menos. Estanterías llenas de vida llenan las vidas
y letras de los paseantes del puerto mientras allí, en el teatro, nadie parece
entender lo que es el amor. Frío y rabia empapan las sábanas de insatisfacción
y salpican a la audiencia. Patrick Bateman folla frente al espejo y se sonríe.
Eso sí, cuando se descruzen los caminos no habrá abrazos para nadie. El fundamentalismo de los guapos amenaza en antena y ataca en cada esquina. Lujo y lujuria son palabras sospechosamente parecidas. Y en mi utopía cada un llevaba un libro bajo la sonrisa.
Eso sí, cuando se descruzen los caminos no habrá abrazos para nadie. El fundamentalismo de los guapos amenaza en antena y ataca en cada esquina. Lujo y lujuria son palabras sospechosamente parecidas. Y en mi utopía cada un llevaba un libro bajo la sonrisa.